domingo, 9 de septiembre de 2018

Villaseca de la Sagra 09/09/2018


La novillada de Cebada Gago lidiado en Villaseca ha desarrollado una casta fiera y complicada, difícil de dominar para los novilleros anunciados. Han sido novillos de hechuras impecables, la mayoría a punto de cumplir los cuatro años, con seriedad y belleza, que dieron un juego interesante en el tercio de varas y garantizaron un espectáculo con emoción en los seis capítulos por la raza que exhibieron. No obstante, los ejemplares de la divisa gaditana faltaron el fondo y la calidad que necesitaban García Navarrete, Pablo Mora y David Salvador para construir faenas importantes. 

Solo logró cortar un trofeo David Salvador al tercero, un novillo que le ofreció buenas embestidas pero que marcó una fuerte querencia a tablas desde el inicio de la faena. Salvador lo recibió con firmeza en el saludo de capa y se lució en un buen quite con mucha personalidad que remató con una revolera en los medios. Brindó al público y, después de los muletazos iniciales, se fue a los medios para recibir al novillo de lejos. El de Cebada Gago acometía desde una buena distancia y sus embestidas no eran malas. David Salvador los aprovechó en series con mucho empaque y gusto por los dos lados en las que el novillero dio muestras de su sentido de la torería y se expresó. El único defecto del novillo fue el de salir buscando tablas, una querencia que acusaba cada vez más asta la ejecución de la suerte suprema que fue bien ejecutada. 

Sus compañeros de cartel no tuvieron la misma suerte como él, encontrándose con novillos serios que no tuvieron calidad ni obediencia pero que transmitieron por su peligro. García Navarrete estuvo voluntarioso con el capote y sacó algunas series en los cuales aparentó sus ganas. Aún así no terminó de acoplarse al fiero temperamento de la bestia. El cuarto, un novillo burraco, muy complicado, que salió suelto en los primeros tercios y le buscó el cuerpo en el último, le volteó durante su faena de muleta. Una vez estoqueado este cuarto novillo se fue a la enfermería. 

Pablo Mora tuvo la misma suerte, jugando las cartas con un lote poco propicio para el triunfo que desarrolló una casta peligrosa que no ayuda para nada a toreros que todavía emprenden sus caminos el el difícil arte de torear. El primero fue un oponente difícil de someter con la muleta en el último tercio. Raúl Martín puso un buen par al quinto, un novillo con que Pablo Mora estuvo firme con la muleta en la mano derecha, haciendo todo lo posible para adueñarse de las embestidas de mucho temperamento. Fue esta una faena que tuvo su mérito y que fue bien rematado con la correcta ejecución de la suerte suprema. Incluso hubo ligera petición para el trofeo. 



David Salvador cortó la única oreja de la tarde. 


Buen par de Raúl Martín. 

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