domingo, 2 de septiembre de 2018

Tarde triunfal en Damiel


Hoy el torero Jerezano Juan José Padilla ha sumado otro festejo más a su campaña de despedida. Hoy ha dicho adiós a la plaza de toros de Damiel (ciudad Real), cortando tres orejas a su lote de la ganadería de Guadalest en un triunfal festejo mixto que finalizó con el 'Pirata Padilla saliendo a hombros con Emilio de Justo, el novillero local, Carlos Aranda y el mayoral de Guadalest. Sus compañeros de cartel también cortaron tres apéndices cada uno, aprovechando las virtudes de un manejable encierro que destacó por su nobleza. De esta notable corrida hay que destacar el noble 1º, el bondadoso segundo y el sexto bis, un novillo con buen ritmo que embistió con suavidad. 

Padilla fue reconocido tras hacer al paseíllo y quiso mostrar su agradecimiento al pueblo de Damiel. Se puso de rodillas ante el primero para una larga cambiada y toreó con ganas a la verónica después de que el toro le había quitado el capote en el primer intento, obligándole a saltar al callejón. Estuvo poderoso en banderillas como es costumbre, dominando los terrenos, y brindó al respetable una faena en que sacó derechazos templados de su oponente, alargando sus acometidas. Hubo también una serie por la izquierda que inició con un cartucho de pescado y estuvo muy en su corte, improvisando molinetes y provocando mucho la embestida cuando se fue a menos. Cortó las dos orejas. El cuarto fue un animal sin fondo al que no puso banderillas ni brindó. Aún así, inició la faena sentada en la barrera y logró sacar tandas a media altura por la diestra al toro que no parecía tener ni un pase dentro. Al final de la faena se puso de rodillas para los últimos muletazos y mostró el pancho al toro en desplantes a cuerpo limpio. Le fue concedida la oreja. 

Emilio de Justo sustituía a Sebastian Castella y aprovechó la oportunidad para mostrar de nuevo el gran momento que atraviesa. Estiró a la verónica con gusto y seguridad, llevando templadas las acometidas de la bestia. Lo llevó al peto con un galleó por chicuelinas y el toro dio un juego interesante en el peto, empujando a un caballo ligero. Brindó a Thomas Joubert una gran faena que conectó con los tendidos en la que Emilio toreó por los dos pitones con los pies bien asentados y el cuerpo encajado. Pasó al toro con temple y ritmo y se abandonó al natural con un toro que repetía. Mató con una estocada de ley que dejó en sus manos el doble trofeo. Chapurra regaló a los espectadores un quite con sabor al quinto, un toro que Emilio de Justo brindó a Padilla. El toro respondió bien en la primera tanda por la diestra pero su condición deterioró pronto. Emilio estuvo voluntarioso y siguió toreando, sacando buenos pases al toro en los que se gustó y se sintió. Pese a que falló en los dos primeros intentos de matar el presidente le dio la oreja. 

El novillero local Carlos Aranda estuvo a la altura de este gran cartel y fue capaz de destacar junto a dos toreros muy importantes pese a su falta de oficio. Con el tercero se fue a los medios para pegar un pase cambiado por la espalda, mostrando sus ganas y disposición con un novillo al que le costó acoplarse. El novillo giraba pronto la cara sin terminar el muletazo, aún así,Aranda si ejecutó una buena serie al natural con temple y buen trazo. El público valoró su faena con un trofeo. El sexto fue un animal superior que embistió con ritmo y suavidad. Carlos lo llevó templado a media altura en los derechazos, rematando con depechos hasta el hombro contrario. En los naturales se gustó mucho, llevando al toro cosido en los vuelos, con el pecho metido y sacando la pierna de salida. Concluyó la obra poniéndose de rodillas de forma desafiante antes de colocar la estocada que dejó en sus manos el doble trofeo. 



Juan José Padilla. 



Emilio de Justo. 




Carlos Aranda. 

Imágenes de CMM. 

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