Gran faena de El Juli en Aranjuez 2013. foto de Tendido Cero.
Yo soy un gran aficionado a los toros, creo que
el toreo es uno de las cosas más maravillosas que existe por su valor
artístico, técnico y por sus
matices éticas y filosóficas. Lógicamente existen cosas en el mundo de los
toros que no me fascinan tanto, pero en general me parece un mundo
extraordinario con muchas cosas grandiosas que descubrir y explorar. Algo que sí parece molestar a
muchísimos aficionados, pero menos a mí, es eso de torear con el pico. Para
muchos de los que se consideren grandes aficionados al arte de torear,
adelantar el pico (punto triangular de la muleta al final del estaquillador)
hacia el hocico del toro y llevarle toreado con ello es un auténtico crimen en
contra del toreo y todos sus valores, pero yo no me convenzo con esta teoría.
En el mundo de los toros el conocimiento es
algo que vale muchísimo ya que permite al aficionado observar y disfrutar en
plenitud del arte de torear. Pero esa necesidad de conocer en detalle el
toreo ha llevado a que cada aficionado presume de saberlo todo para, de tal
forma, imponer su superioridad o intelectualidad taurina sobre los demás. Este
deseo de ser el taurino más sabio (que tienen muchos aficionados) les llevan a
defender teorías y argumentos sin fundamento o explicación racional. No quiero
con esto ofender a nadie, simplemente tengo ideas diferentes sobre el
toreo y me gustaría mucho exponerlas ya que, en los pocos años que llevo viendo
toros y toreando de salón, he llegado a la conclusión de que el pico es fundamental
para cualquier torero y cualquier concepto de tauromaquia.
Torear es, como ya sabemos llevar dominadas y
controladas las acometidas de las reses de la forma más templada y segura que
uno pueda, intentando incorporar también cierto valor estético cuando sea posible. Esto se puede
hacer con o sin engaño, los recortadores, banderilleros y rejoneos también están
toreando, aunque no tengan nada salo su propio cuerpo o la del caballo para
someter al toro. Pero cuando se torea con la muleta asumimos que lo que se busca es llevar el animal embebido en la
tela con la máxima seguridad y con el mayor recorrido posible. Para llegar a
tal fin todos estarán de acuerdo con que es necesario llevar el toro embebido
en los vuelos de la muleta ¿Qué son los vuelos? No se trata de la panza, esta
parte de la muleta se mueve directamente con el estaquillador y por lo tanto la
panza mueve directamente con la mano del torero, lo que vuela es la parte más
suelta de la muleta, el pico.
Además, para torear bien, llevando largo la
embestida de la res, es necesario pasarlo con la mano extendida para que el toro
siga los vuelos de la muleta muy atrás de la cadera. Para hacer esto sería
imposible torear solamente con la panza de la muleta, ya que esta parte, al estar atado y sujetado por el estaquillador no se abre
suficientemente para conducir la embestida en el círculo alargado que deseamos.
Por lo contrario lo que pasaría es que, al no abrirse bien el engaño sería
imposible obligar al toro a desplazarse en su embestida para dejarlo a la
distancia correcta, haciendo que las embestidas sean muy apretadas e
imposibilitando que el diestro se colocase para el siguiente muletazo. Porque la realidad es que el pico de la muleta es
lo que permite alargar la muleta y, por lo tanto, el recorrido del muletazo, permitiendo al diestro coger distancia entre su cuerpo y la res para así manejarlo con
mucha seguridad. Sin poder manejar la muleta de tal forma sería imposible alargar el recorrido del toro y dar al muletazo la profundidad que hoy en día se exige.
Entendemos que la mano diestra es distinta a
la zurda debido a que no existen los vuelos, el torero controla el movimiento
de la muleta entera al llevar enganchado en ella su estoque de ayuda. A lo
mejor es posible que cuando hablan de “abusar del pico” se refiere al toreo con
la mano derecha, ya que el diestro controla completamente el movimiento de este
cuando toreo en redondo con la diestra. Pero tampoco estoy de acuerdo con
que sea siempre así. Según mi forma de observar el toreo, los toreros que más lejos
pasan el toro no son necesariamente aquellos que torean con el pico sino los
que torean con la panza. Para torear con la panza de la muleta es necesario
extender más los brazos para presentar todo el engaño a la cara del animal y
por ello la muleta se aleja más del cuerpo, dejando de tal forma al toro más alejado del cuerpo del torero. En cambio, el torero que torea
más con el pico puede llevar la otra parte de la muleta más escondida detrás del
cuerpo y torear con una parte más reducida de la muleta, llevando al toro mucho
más pegado al cuerpo.
Personalmente, no tengo experiencia ninguna
en el toreo salvo las frecuentes sesiones de toreo de salón que realizo en mi
jardín, aun así, diré con seguridad que cualquier muletazo que pego en la que no
se abren los vuelos de la muleta (y por lo tanto extender el pico lo más
posible) son los muletazos que no te dan ningún gusto pegar y que son secos,
aburridos y ausentes de cualquier plasticidad y belleza. Está claro
que delante de
un toro la cuestión es totalmente distinta, pero creo que esto lo resume todo: el
pico de la muleta juega un papel muy importante en la correcta ejecución del
toreo, tanto desde una perspectiva artística como técnica. Manejar bien esta
parte de la muleta resulta fundamental para poder torear con oficio y seguridad, además de posibilitar mayor lucimiento artístico para el diestro que, al hacer volar esta parte de la muleta, es capaz de conjugar en sus muletazos más
estilo y plasticidad.
Hay faenas como la actuación histórica de El Juli en Aranjuez en 2012 en la que se puede observar el
brazo y el pico alargados de una forma exagerada. Aun así el mismo Julian ha reconocido
en entrevistas (Aplausos, 2015) que esto se hace con la intención de dar máxima duración a cada
muletazo. Pues es indiscutible que los pases de esta faena eran muy muy largas.
Ejecutándolas de esta forma se pierda profundidad, mientras que el pase
aumenta en su duración, por lo tanto, puedo simpaizar con los aficionados que
muestran su desinterés en este toreo, aun así no rechazo la tauromaquia de El Juli, simplemente
no es mi forma de concebir el toreo. Considero que hay una gran diferencia
entre citar con el pico (adelantando solamente el pico dejando el resto de la
muleta atrás) y torear con el pico (dirigir la embestida del toro con los
vuelos del engaño) y los aficionados deberían de diferenciarlos, porque un muletazo puede empezar con el toro siguiendo el pico y terminar con el animal siguiendo la panza.
Es verdad que yo soy solamente un humilde
aficionado, mis argumentos y observaciones están formadas por algunos años de
observación y de practicar el toreo de salón, nada más. Pero creo que la
tauromaquia es tan rica en conceptos e interpretaciones como cualquier otro
arte, tiene además un valor científico y matemático que lo hace transcender más allá de otros artes, cuya técnica y precisión sirve únicamente
para maximizar la expresión cuando, en el toreo sirve también para que
sobreviva el artista y logra entrar en
dialogo con el toro. Un animal de carácter salvaje que acomete con la intención
de vencer su enemigo que amenaza quitarle ese terreno que, aun siendo
desconocido, considera como suyo. Oponerse o posicionarse en contra de un
concepto del toreo parece, a mí modo de ver las coasas, ignorar y perder la oportunidad de conocer en
más profundidad este arte tan único y tan maravilloso que es la de torear, como una persona que se limita a comer patatas y nada más, perdiendo así todas
las experiencias incomparables que ofrece la gastronomía.
En conclusión, pienso que hablar de “torear con el pico” se trata de un término muy abierto. No pienso que hay un
concepto de Tauromaquia basada en usar demasiado el pico y otra basado en
torear con todo el engaño, simplemente
no creo que existe. Cada Tauromaquia es
distinta y hay que analizarlas cada uno de forma individual, aunque estamos
acostumbrados a clasificar los toreros según
su corte, la realidad es que cada torero
tiene su propio concepto de Tauromaquia y el aficionado, para ser sabio, lo que debe hacer es analizar cada torero
independientemente para llegar a conclusiones distintas, no generalizar
demasiado, que eso no es bueno. El toreo,
como ya he dicho, es una cosa muy bella y muy único. Para que siga siendo así es
necesario que defendemos la
individualidad de cada torero, cada aficionado y cada encaste, no la monotonía
y el conformismo que nunca han hecho nada bueno para el arte.
Imagen: captura de pantalla de toros en directo (archivo personal).
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