sábado, 1 de septiembre de 2018

Juan Ortega sale a hombros en Sacedón



Juan Ortega ha triunfado nuevamente después de su gran éxito cosechado el pasado 15 de agosto en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid. Esta vez ha sido en la coqueta plaza de Sacedón donde ha salido a hombros tras cortar dos orejas al quinto toro de Paco Sorando. Aunque fue un encierro potable con varios ejemplares que ofrecieron posibilidades, los toros que cayeron en manos del joven torero andaluz no le pusieron fácil las cosas, aún así, estuvo muy solvente con ambos ejemplares y mostró al público -que abundaba en los tendidos- su buen concepto del toreo y su estilo personal, toreando con buen gusto y torería. Además de Juan Ortega, Filiberto obtuvo un trofeo del tercero y los aficionados pudieron disfrutar con la tauromaquia completa y poderosa que caracteriza a Sánchez Vara, que también cortó una oreja. 

El segundo toro de Paco Sorando no era un toro para el triunfo, ni mucho menos. Era un animal reservón, con poca casta que no fijaba en los engaños ni tenía ritmo en su embestida. El toro ya apuntó su poca clase rematando por alto en los burladeros y cuando Ortega quiso someterlo con doblones en el inicio de faena aparento nuevamente su falta de entrega. La solvencia y la disposición del torero le permitió sacar al toro una faena de firmeza y seguridad por el pitón izquierdo en que dio muestras de su personalidad en algunos muletazos. Un pinchazo y una estocada sirvieron para dar fin a la faena de Juan Ortega, cuyo esfuerzo fue valorado por el público. 

Recibió al quinto de la tarde con un ramillete de verónicas en un palmo de terreno que le sirvieron para exhibir su clase y personalidad. También aprovechó el primer tercio para gustarse en un buen quite a la verónica en que cargó bien la suerte, llevó la embestida con gusto y temple además de coger bien el engaño y moverse con torería. La media que sirvió para finalizar el quite, al igual que los ayudados por alto y la trinchera que dio comienzo a la faena fueron auténticos carteles de toros. El hermoso toro colorado salpicado mostró su falta de recorrido en los primeros lances de capa que, en la muleta, se combinó con una falta de fuerza. Pese a sus defectos Juan Ortega supo sacarle lo bueno que tenía en otra faena al natural en la que pasó al toro con la bamba de la muleta, acompañándolo con la cintura, metiendo el pecho y tratando al toro con la paciencia que necesitaba en una faena de poso y oficio. Cortó las dos orejas después de despachar el toro con un certero golpe con el descabello.  

La labor de Sánchez Vara al cuarto fue premiado con un trofeo y es probable que hubiera recibido otro del tercero si no fuera por el mal uso del acero. Se gustó mucho con el capote ante este cuarto bis, pasándolo a la verónica con los vuelos del capote muy abiertos y el cuerpo muy encajado. Estuvo brillante en los dos primeros tercios, llevando el buen toro al caballo con un elegante galleo por chicuelinas y después del puyazo en que el toro empujó, hizo un vistoso quite por navarras. Como es costumbre protagonizó un buen tercio de banderillas antes de iniciar la faena de muleta que brindó a Pepe Luis Vargas. Con este toro se gustó mucho, toreando con templanza y profundidad por los dos pitones. Hubo muletazos de mucha profundidad, sobre todo por el pitón derecho, y depechos monumentales. Terminó la faena de rodillas y salió con elegancia de la cara del toro. Acertó en el segundo intento para matar y cortó el trofeo. 

El primero de la tarde había sido un toro frío de salida que Sánchez Vara recibió con dos largas cambiadas de rodillas para calentar el ambiente. Hubo buen toreo de capa en un airoso quite por chicuelinas que remató con una media de sabor torera y añeja antes de colocar dos pares de banderillas al encuentro y un último al violín. Con la muleta se puso de rodillas para pasar el toro por alto y logró sacar algunos redondos templados con las dos rodillas aún pegadas a la tierra. Fue una faena de dominio y poder a un toro de poca casta que tuvo querencia a tablas pero que mostró cierta bondad por el derecho. Sánchez Vara lo sometió por este lado, sin dejar que saliera de la muleta en series muy unidas y poderosas. Por el lado izquierdo el toro no se quedaba en el engaño y no estuvo eficaz con el estoque. 

Filiberto también se llevó un trofeo que obtuvo del tercero, un ejemplar noble y con cierta calidad al que administró una faena interesante. Estuvo voluntarioso con el capote, abriendo el compás para templar las primeras embestidas de su adversario y ganándole pasos. También se estiró bien en el quite. Brindó el último tercio, que inició con pases por alto sin mover las zapatillas, al respetable y se puso a torear en redondo. Fueron varias series de mucha firmeza, en las que pasó al toro con mando, la figura muy erguida y los pies firmes en la tierra. Tampoco faltó el toreo al natural en que el joven diestro estuvo a gusto y hazlo bien las cosas pese a que las embestidas del toro iban a menos. Terminó con bonito toreo a dos manos con buen sabor solo llevó un trofeo pero hubo fuerte petición de la segunda. Volvió a estar voluntarioso con el sexto pero se encontró ante un animal descastado, sin fijeza ni entrega que no permitió el lucimiento. 

En líneas generales el encierro de Paco Sorando, muy uniforme en cuanto a hechuras, dio ejemplares opta las y con bondad que permitieron a los toreros estar a gusto, aunque quizás faltando un punto de casta. Una vez concluido el paseíllo hubo un homenaje para el miembro del personal de plaza que coloca la divisa de los toros por sus muchos años de servicio a la plaza de Sacedón. 




Sánchez Vara. 




Juan Ortega. 


Filiberto. 



Imágenes de CMM. 

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