martes, 21 de agosto de 2018

Cuenca 21/08/2018


Que salgan a hombros tres toreros de la plaza siempre es un milagro, pero hoy ha sido aún más milagroso ya que el cuarto festejo previsto para la feria de Cuenca estuvo a punto de ser suspendido. Después de aguantar 50 minutos para que parase de llover, el público y los toreros vieron como el personal de plaza estuvo diez minutos preparando el piso para que estuviera en condiciones relativamente aceptables. En cualquier otra plaza el festejo hubiera sido suspendido, pero la empresa Maxitoro hizo un tremendo esfuerzo para que el público pudiera disfrutar de una buena tarde de toros. No obstante, el público dudaba de si iba a ser posible desarrollar el festejo en su integridad con las malas condiciones del albero y la amenaza de más lluvia, por lo que el inicio del festejo fue protestado por los espectadores que ya habían perdido su posibilidad de devolver las entradas. 

Menos mal que El Fandi, José Garrido y Álvaro Lorenzo se encontraron con una corrida muy potable de Montalvo y San Román que les permitieron cortar un total de siete orejas y justificar la celebración del festejo que finalizó con las tres espadas saliendo por la puerta grande. El Fandi se encontró las circunstancias más adversas: abrió plaza ante el público que protestaba fuertemente cuando se abrió la puerta de toriles y tuvo que torear sobre un piso lleno de barro. El granadino supo arreglar la situación poniéndose de rodillas para recibir el toro con una larga cambiada y toreó a la verónica con ganas y disposición. Lució el primer tercio con un quite por chicuelinas y, aún con el complicado estado del piso, colocó las banderillas con eficacia y vistosidad. Estuvo entrega, metiendo el pecho y torrando con temple hasta que el toro se rajó y se puso de pie para un final espectacular que dejó la oreja en su mano. Volvió a ponerse de rodillas ante el cuarto y se lució de nuevo con los palos con un toro que brindó a sus compañeros de cartel. Volvió a poner en el asador con una faena de temple y ligazón que no faltó ni molinetes ni ayudados por alto para abrir las tandas y los típicos adornos del granadino que mató bien y cortó el segundo premio. 

Junto al ya veterano granadino estaban anunciados dos jovenes que van apuntando cosas muy buenas y que hoy no decepcionaron. José Garrido también estuvo muy bien con su lote, siendo el único de los tres que cortó dos orejas de un mismo toro y saliendo a hombros con tres apéndices. La primera la obtuvo del segundo bis, un toro con el que hizo toda una declaración de intenciones rematando su serie de verónicas con una rodilla en tierra con una larga cambiada de rodillas. También hubo un ceñido quite en los medios por si alguien seguía con dudas. Este toro le sirvió para ejecutar algunas tandas que dejaron patente su concepto hasta que su oponente se rajó. Las ganas del extremeño no cesaron y se arrimó, colocándose entre las astas para luego dejar una estocada que le valió una oreja. El quinto fue uno de los que menos pesaron pero que tenía bonitas hechuras. Garrido mostró su personalidad en un buen recibo a la verónica con empaque y estilo. Pese a que el toro parecía huirse en algún momento fue un buen colaborador que permitió a Garrido gustarse con naturales largos y templados en una faena de improvisación e imaginación que conectó con el público. Terminó con manoletinas sin ayuda y, cuando se perfiló para matar, hubo ligera petición de indulto. Una vez despachada la res el público premió a José Garrido con el doble trofeo. 

Álvaro Lorenzo no quiso quedarse atrás. Como uno de los triunfadores de Madrid no quiso decepcionar a nadie y la verdad es que hizo todo lo contrario. Llevó el primero de su lote hasta los tercios con muletazos por bajo ejecutados con Mucha firmeza y quietud, dando pasos firmes pa'alante. Fue este una obra de inteligencia y posó en la que sacó muletazos largos i firmes de su adversario, dejándole la muleta en la cara pero sin olvidar de dar al toro el tiempo oportuno entre un pase y otro. Buena labor que fue premiada con un apéndice pese a que lo remató con un descabello. Con el sexto abrió mucho para torear a la verónica con el temple que caracteriza su toreo de capa. El animal mostró en banderillas su falta de pujanza, no obstante, el toledano fue capaz de sacarle algunos muletazos templados y con duración al toro que también se agarró al piso. Después de rematar bien su obra el público le concedió cariñosamente el segundo trofeo para abrirle la puerta grande. 


El público y los toreros esperaron una hora hasta que la lluvia se paró y el personal de plaza arregló el piso. Aunque el paseíllo se hizo ante las protestas de cierta parte del público, los tendidos se iban poblando y la corrida terminó siendo un éxito. 



El Fandi puso toda la carne en el asador para animar al público. 



Garrido mostró su personal estilo y buenas maneras ante ambos ejemplares. 



Álvaro Lorenzo no se quedó atrás y mostró porque es uno de los revelaciones de la temporada 2018. 



Imágenes de CMM TV. 

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