sábado, 17 de septiembre de 2016

Castella; seul contre six


Seul contre six, solo contra seis. Pero no sólo seis, eran seis Adolfos. Seis toros de Adolfo Martín en la plaza de toros de Nimes, el capital taurino francés. Y la verdad es que el balance final de dos orejas no es en absoluto un resumen fiable del contenido de la tarde. Sebastián Castella ha estado firme, dispuesto, valiente, inteligente y muchas cosas más ante los seis de Adolfo Martín, si no fue por el viento y la espada hubiera cortado más premios. A lo largo de la tarde el francés ha demostrado la pureza y honestidad de su tauromaquia basada en la quietud y rectitud, ha toreado con temple y bajando los manos pero dando la importancia merecida a los tres tercios de la lidia. Lo he dicho antes, el ejemplo a seguir es el ejemplo de los franceses. 

Por su parte la corrida de Adolfo Martín ha sido muy interesante, principalmente porque hubo de todo. Han habido toros difíciles, otros más nobles, algunos muy suaves, algunos que humillaron, otros más ásperos... Se ha visto de todo y con la ayuda de sus tres cuadrillas el torero de Beziers ha podido aprovechar las cualidades de cada toro tanto en los primeros tercios como en el último. Un reclamo para la variedad de encastes, porque cuando las corridas salen así nadie se acuerda de si se cortaron dos orejas o doce, lo que importa es lo que pasa en el ruedo y no el balance final. Y los de Albasserada se han dejado torear ¡eh! Han salido toros buenos con clase y calidad que permitieron a Castella perderse en la magia de su toreo. 

Cuando Castella inició el paseíllo el público, que llenó completamente los tendidos, le ovacionaron con fuerza y le obligaron a saludar después también. El primero de la tarde permitió al francés torear con mucha suavidad a la verónica, los mejores lances de recibo con la capa de la tarde. Ya en el primer tercio este toro apuntaba su escasa fuerza y se cayó en dos ocasiones. Esta falta de fuerza la acusó también en el último tercio. Fue en estos pases cuando el francés mostró su habilidad robando pases muy suaves del primer oponente que no permitió una faena de ritmo, apenas tuvo fuerza para embestir. No acertó Castella en la suerte suprema teniendo que descabellar. 

El segundo Adolfo de nombre 'Carpintero' fue de lejos en el segundo encuentro con el picador y los de plata fueron aplaudidos en el segundo tercio. Este fue un toro que acometió con la cara humillada, respondiendo con nobleza los cites y además con recorrido. Fue un buen toro, Castella lo brindó al pintor Fernando Botero y supo aprovecharlo. Se abandonó toreando con temple y suavidad corriendo la mano con suavidad por la derecha y abandonándose en naturales que duraron lo que parecía una eternidad. Supo también manejar este encaste, hizo todo despacio dejando la muleta en la cara sin tocar y llevando el toro embebido en los vuelos. Los pases por alto ejecutados con una mano en la barrera fueron también espectaculares y dieron el toque de variedad a la faena. No mató bien y tuvo que descabellar. Obtuvo el primer trofeo de la corrida tras una faena de ensueño. 

El tercero provocó el pánico saltando al callejón desalojando el personal y las cuadrillas. Una vez en el ruedo de nuevo Castella lo paro habilidosamente y remató con una media bonita, aún así la cuadrilla no estuvo a la altura esperada por el público nimeño. Este toro fue más informal en sus embestidas y no tuvo calidad como el anterior. Él de Beziers logró someterlo por la diestra pegando pases templados que al final sirvieron para hacer que la res se fue más marido en la muleta. Mató en el segundo intento terminando la faena dedicada a Palomo Linares. 

El cuarto de la tarde humilló embistiendo al capote y lo mejor de este capítulo vino en los dos primeros tercios. Gabin Réhabi hizo sonar la música en el tercio de varas pegando dos puyazos verdaderamente extraordinarias. El toro vino de lejos en el segundo encuentro y lo pusieron en los medios para en el tercer encuentro para que acometió desde una distancia larguísima. En los dos encuentros fue picado con precisión y Gabin abandonó el ruedo escuchando el pasodoble y una grandiosa ovación del público. También hubo lucimiento en el tercio de banderillas y Morenito de Arles desmontaró ante los aplausos recibidos por su gran actuación. La violencia del toro en el último tercio provoca sustos y momentos de tensión hasta que Sebastian logra sacarle tandas buenas gracias a su seguridad y dominio. Estocada entera y efectividad con el descabello. 

El quinto toma el engaño mucho mejor por el lado derecho pero solo cuando Castella lo lleva muy bajo. Comienza el francés su faena doblando y llevándolo toreado por bajo. Liga series con la mano diestra, el toro toma el engaño arrastrando el hocico por la tierra. Castella corre bien la mano controlando la velocidad de su adversario, otro Adolfo bueno. Con este fue más difícil la ligazón pero el francés dejó la muleta siempre en la cara y sin dejarlo enganchar. Toreó bien por bajo perfilando el toro para matar. Una vez más tuvo que coger el descabello, en esta ocasión no pasó nada porque el público le pidió otro apéndice que fue otorgado por el presidente. No brillo Castella con la espada. 

El sexto de la tarde fue un toro de espléndidas hechuras, bonito pero muy serio. El toro no empleo en varas y huyó. En la muleta fue un toro más áspero que no tuvo ritmo ni clase. Con firmeza y seguridad Castella planteó una buena faena con naturales templados y buen toreo por el lado derecho. Toreó con la figura erguida y los pies juntos pegando pases de pecho de pitón a rabo e improvisando con pases cambiados por la espalda que sorprendieron al público. Una vez más fue la espada que le privó del trofeo que le hubiera dejado salir a hombros. No fue numéricamente una tarde histórica, sin embargo, para los verdaderos aficionados nos quedan los detalles, los toros buenísimos de Albaserrada, además del temple y quietud de Sebastian Castella. 




Gran faena al segundo, un gran toro al que cortó una oreja. 



El picador Gabin réhabi hizo sonar la música con el cuarto. 

Obtuvo otro premio tras la faena al quinto. 

El sexto de la tarde. 


Imágenes de Toros TV y Javier Carabias. 

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