Arène de Nîmes; historia, presente y futuro de la tauromaquia francesa.
la
cultura taurina es tan arraigada en la historia humana como la misma relación
entre el hombre y el toro. Pero aun siendo una práctica ancestral la constante
evolución de la tauromaquia ha hecho que es también una práctica todavía muy
popular en el siglo XXI. Aunque todo Europa tiene en su historia muchas
referencias sobre los encuentros entre hombre y toro; los legendarios
gladiadores romanos y las atletas de la antigua Grecia que enfrentaron a toros,
no cabe duda de que actualmente es en la cultura Ibérica y latina donde la
tauromaquia tiene más relevancia. Hoy en día UNESCO registra todas aquellas
prácticas que considera como “patrimonios culturales inmateriales” y
recientemente muchos representantes del mundo taurino han manifestado su deseo
de que la tauromaquia se inscribe en este registro, sobre todo después de que países
como España y Francia lo han clasificado como tal en su territorio: pero ¿puede
ser la tauromaquia un patrimonio cultural inmaterial según UNESCO?
Lo
primero que tenemos que preguntarnos es ¿Qué es un patrimonio cultural
inmaterial? Pues a nivel internacional la definición más aceptada es la de
UNESCO y esta organización lo define como una práctica o una actividad que
pertenece a una comunidad o a un grupo de personas que ellos consideran como
suyo y una forma de representar su manera de vivir. En la mayoría de ocasiones
esta calificación no refiere necesariamente a la practica en sí, sino la fuente
de conocimiento y cultura que forma parte de ella. Pero para que esta
calificación no sea tan ambigua la UNESCO tiene una serie de requisitos que
tiene que cumplir algo para ser considerado como un patrimonio cultural
inmaterial. Para que la tauromaquia sea considerado como tal es necesario que
tenga cada uno de las propiedades consideradas como propias de cualquier
patrimonio cultural.
Primero,
un patrimonio cultural inmaterial ha de tener valor histórico y
contemporáneo. La tauromaquia es una institución con mucho valor histórico
porque desde la Edad Media cuando la nobleza lidiaba toros para exhibir sus
cualidades como jinetes, hasta los grandes hitos taurinos del último siglo el
toreo nos ayuda a comprender la evolución y los cambios de la sociedad. Esta
historia ha sido bien documentada en grandes colecciones cinematográficas como
la de Fernando Achucarro, importantes obras de literatura como El Cossío y
grandes revistas y periódicos como La Lidia, El Ruedo, Aplausos, 6 Toros 6...
No cabe duda de que la historia del toreo es larga y detallada, y lo es todavía
más si tengamos en cuenta que todo Europa tiene arraigada en su historia los
encuentros entre hombre y toro teniendo como referencia principal las atletas
de la antigua Grecia que jugaron con toros y los gladiadores romanos.
Pero
mucha gente habla de la historia del toreo sin darlo la importancia que tiene
en la actualidad. En 2007 se celebraron unos 3,295 festejos taurinos en España,
el récord de festejos taurinos registrados en una sola temporada, no son muchos
los que se dan cuenta de este hecho tan importante. Muchos toreros actuales como José Tomàs, El Juli, José María Manzanares o Roca Rey
son auténticos fenómenos sociales y sus seguidores les consideran como héroes y
artistas. Son también personas de gran repercusión social y su fama transciende
mucha más allá del mundo taurino, muchos de ellos consiguen la misma
popularidad que estrellas de otros ámbitos como la música o el cine y las
grandes figuras pueden ganar millones de euros toreando en pocas corridas
teniendo además la oportunidad de promocionarse en otros ámbitos sociales, Cayetano
Rivera fue hace poco la cara del perfume Loewe y Jose Manzanres fue
protagonista en un anuncio reciente de Dolce & Gabbana.
UNESCO
considera también que un patrimonio cultural inmaterial debe ser “inclusiva”,
quiere decir que es una actividad que se comparte entre personas de distintas
culturas o comunidades y cada uno de estas personas lo adopta para que el costumbre también sea suyo. Se conoce en todo el mundo que la tauromaquia está arraigada en la
cultura ibérica y latina pero la pasión por el toreo y los toros es algo que
comparte mucha gente en todo el mundo y la tauromaquia ha llegado a formar
parte de la cultura de comunidades en todo el mundo. En España el arte de
torear se adapta a los gustos cada lugar; en Cataluña y la Comunidad Valenciana
son muy popular los festejos de “bous al carrer”, también en el norte de España
y en Madrid son muy populares los festejos de recortes y toreo a cuerpo limpio,
además, en las ganaderías y en las zonas rurales de Andalucía siguen
practicando actividades rurales como el “acoso y derribo”. Todos son
expresiones de tauromaquia adaptadas al costumbrismo distintas zonas de la
geografía española.
Pero
fuera España también existen muchos festejos taurinos que gozan de mucha
popularidad. En Portugal las corridas de toros se llaman “touradas” y se torea
principalmente a caballo por lo que se considera ese país como la más
importante para el arte de rejoneo y existe también la curiosa tradición de los
“forcados” que participan en cada uno de estos festejos. Existe además una gran tradición taurina en el sur de Francia donde se celebran en los pueblos y ciudades
francesas más de 200 corridas al año, a las que hay que sumar las corridas camarguesas y las corridas landesas, dos tipos de festejo en las que se lidia el toro a cuerpo
limpio sin que se lastima al animal y generalmente se trata más de un deporte
que de un arte como el toreo tradicional. En México, Costa Rica, Colombia, Perú
y Venezuela se celebran miles de festejos por año, muchos de ellos son
corridas, pero también existe mucha tradición vaquera y por lo tanto se
celebran los famosos rodeos y montas de toros que reflejan esta tradición.
En
todas estas zonas existe mucha tradición taurina muy arraigada en la forma de
vida de estas comunidades y por lo tanto se crían toros de lidia en cada uno de
los países, cada uno con su propia personalidad. Pero el toreo levanta interés
incluso en los países menos taurinos, existen peñas taurinas en grandes
ciudades como Londres, Manchester, Nueva York, Paris o incluso en Holanda hay
asociaciones de aficionados a los toros. Se levantan también en algunos estados
de EEUU corridas “sin sangre” en las que participan toreros y rejoneadores para
satisfacer a los inmigrantes portugueses y latinos que se encuentran en estas
zonas de América. Pero son ferias como la de San Fermín en Pamplona que
demuestran la internacionalidad de las corridas de toros, son miles de personas
en todo el mundo los que se preparan a lo largo del año para correr junto a los
toros en las calles de Pamplona y luego se reúnen en la monumental plaza de La
Misericordia para ver las grandes figuras del toreo.
Las
corridas de toros siempre se han considerado como algo muy Español, algo que
es verdad, pero no es únicamente la fiesta nacional española porque son muchos
otros países los que viven esta fiesta con la misma intensidad. Incluso setelevisó hace poco una corrida en China que tuvo millones de espectadores y las
pocas corridas de toros que se han montado en el continente asiático han
levantado mucho interés y los festejos han tenido una buena respuesta de público. Tampoco
se puede despreciar la pasión de muchos aficionados extranjeros, bastantes han
sido además grandes artistas u intelectos en sus países como Hemingway, Orson
Welles, Ava Gardner o incluso Madona que ha mostrado su interés por la
tauromaquia en numerosas ocasiones en sus canciones, conciertos y videos. Hasta
se han atrevido muchos extranjeros de países no taurinas a tirarse al ruedo y
vivir en primera persona lo que es ser torero, han habido y existen hoy en dia
toreros de Inglaterra, Irlanda, los Estados Unidos, China y Japón.
Las
tradiciones y las culturas dde un pueblo también son “representativas”ya que identifican a las personas que la comparten o el lugar de donde viene. Si
mencionamos la ciudad de Pamplona en cualquier parte del mundo la gente piensa
en los Sanfermínes y los encierros porque se trata de una tradición
representativa de este lugar, al igual que la gastronomía y la música que sirve
para identificar muchos sitios en todo el mundo, y sin que alguien haya ido a este lugar lo reconoce por esta tradición o costumbre único.
Entre los taurinos también se reconoce una ciudad o un país por su forma
individual de vivir el toreo como la brillantez del toreo mexicano, la seriedad
del toro que se lidia en Madrid o el silencio respetuoso del publico sevillano
cuando el torero esta delante del toro.
Pero
una tradición no solo es representativa por ser reconocido por el resto del
mundo, lo es también porque requiere una cierta educación y conserva valores
específicos que forman parte de la vida de las personas que comparten esta
cultura. Para comprender el valor de una cultura es necesario tener una serie
de conocimientos o tener empatía con los valores que lo caracterizan, la
tauromaquia no es ninguna excepción. Aunque hay personas que se aficionan a los
toros de todo el mundo y de distintos ámbitos sociales aquellos que mejor
comprenden y se enamoran del toreo son aquellos que han crecido con ello,
quizás en una ganadería de reses bravas, con un familiar que es torero o
simplemente de una familia muy inculcado en el mundo de los toros. Los taurinos
generalmente tienen que tener un base de conocimiento sobre la liturgia de la
corrida, la técnica del toreo, los distintos encastes que existen en la cabaña
brava, la forma de criar el toro y como comporta el animal tanto en la plaza
como en el campo. Esta educación hace que los taurinos disfrutan y valoran más
la cultura taurina.
La
educación taurina la adquieren mucha gente a través de la enorme distribución
de literatura y cinematografía que existe en el mundo de los toros, pero donde
mejor se aprende es entre la gente del toro y viendo los toros. Después de mucho
tiempo inculcado en el mundo taurino el aficionado y los toreros llegan a tener
una sabiduría tan detallada que pueden prever como va ser un toro en la plaza
solo por saber la ganadería a que pertenece y son capaces de evaluar si un toro va a ser
bravo o manso simplemente observando como sale del toril. Este conocimiento es
todavía más profundo en los vaqueros y la gente del campo ya que ellos llegan
a conocer el toro en su hábitat natural y lo analizan desde el momento
que nace hasta su lidia. Además, la literatura y la academia taurina está acompañada
por un variado lenguaje formado por vocabulario y términos específicamente
taurinos, tan extensa es este idioma que se han llegado a publicar numerosos
diccionarios taurinos y también ha influido sobre el lenguaje castellano en
general.
Finalmente,
para que algo se considera como un patrimonio cultural tiene que ser reconocido como tal por la
comunidad al que pertenece. Evidentemente no se puede considerar como
cultura una práctica que no es reconocido como tal por la comunidad que lo
practica. Muchas personas que viven del mundo taurino o simplemente son
aficionados a ello se consideren como personas “taurinas” y en vez de
considerar el toreo como parte de la cultura la consideran como una cultura por
sí solo. En la actualidad la gran mayoría de los países y comunidades donde se
celebran festejos taurinos los consideran legalmente como cultura, una
afirmación que ha sido reforzada en España y Francia, dos países que han blindado
las corridas de toros y festejos taurinos dándolos el reconocimiento de ser un bien de interés
cultural. Sumamos a esto los muchos pueblos y ciudades de España y de otros
lugares del mundo que han blindado sus propias fiestas taurinas con el mismo
reconocimiento.
Aun así son muchos los que niegan todos estos argumentos que demuestran que la
tauromaquia es un patrimonio cultural y pretenden desmentir estos argumentos
diciendo que el sufrimiento del toro en la plaza impide que esta práctica sea
considerada como arte o como cultura. Creo que el escritor inglés Alexander
Fiske-Harrison resume con gran elocuencia este asunto afirmando que “cada uno
tiene que decidir por sí mismo si el valor estético de la corrida justifica el
sufrimiento del toro, al igual que uno tiene que decidir si el placer de comer
un bistec justifica la muerte del animal.” Con respecto al sufrimiento del
animal hay que destacar los muchos científicos que han investigado las
condiciones únicas de la biología de esta especie, la mayoría de estos estudios
han llegado a la conclusión de que el toro bravo posee las condiciones
perfectas, tanto físicas como psicológicos para sobreponerse a las adversidades
que encuentra en la plaza. Estos estudios muestran también el interés
científico en el toro de lidia.
Evidentemente
este tema estará rodeado siempre por la controversia, es un tema de muchos
matices y requiere un análisis muy meticuloso. Los argumentos expuestos aquí demuestran
que la tauromaquia posee todas las cualidades que requiere UNESCO para
considerar algo como un patrimonio cultural inmaterial, pero siempre habrá otras
personas que argumentan que el toreo posee también otras cualidades que
contradicen su estatus como cultura. Lo que está muy claro es que este debate
tiene que alejarse del tradicional “toros sí, toros no” ya que debe estar
basado en una evaluación racional en la que se expone todos los puntos de vista
y se evalúan todos los matices del mundo taurino. En cuanto a UNESCO y si estaría
dispuesto a reconocer la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial de la
humanidad es muy difícil hacer comentarios, pero queda muy claro que sobra justificación
el hecho de que se considera como un patrimonio cultural la actividad taurina
de aquellos países donde más arraigo tiene esa cultura.
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