martes, 22 de enero de 2019

El Museo Taurino: herramienta de difusión y promoción de la Tauromaquia

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Entrada al Museo Taurino de Madrid. Foto: Paula Mtnez. 

Los museos son espacios públicos de mucha importancia, los cuales nos permiten echar una mirada al pasado para así comprender mejor quiénes somos, de donde hemos venido y Cómo hemos llegado al punto en el que nos encontramos. Nos permiten también conocer el mundo que nos rodea y entenderlo mejor. No cabe duda de que casi todos guardamos recuerdos bonitos de museos que nos han impresionado y que nos han descubierto cosas fascinantes y maravillosas, bien durante nuestra infancia o quizás cuando éramos ya un poco más mayores. Y todos los museos, sean los que sean, han hecho exactamente lo mismo: hacen que aprendamos cosas nuevas mientras que disfrutamos y nos divertimos. Pero hay ocasiones en los que esta labor pedagógica de los museos se convierte en una tarea bastante complicada, así es el caso con los museos taurinos.

Cuando nos acercamos a un museo de cualquier tipo, lo normal es que estamos acostumbrados a ver detrás de las vitrinas y en los diferentes cuadros, dibujos y fotos que ahí se encuentran, cosas que formaban parte de la vida de generaciones anteriores a la nuestra y que, a pesar de tener muchas semejanzas con los utensilios y objetos que usamos en nuestra vida cotidiana, ya han dejado de ser relevantes en pleno siglo XXI. La visita a un museo taurino, por lo tanto, puede parecer -al menos para personas de países ajenos a la cultura taurina- lo mismo que visitar un museo de gladiadores o de pirámides y momias de Egipto. Al apreciar la belleza de un vestido de luces detrás de una vitrina, la mirada imponente de una cabeza de toro disecado o la elegancia de un torero pegando un lance de capote a un toro fiero, el visitante puede quedarse con la impresión de que está mirando algo que ha sido importante en otra época pero que ya no es más que parte de la historia.

De hecho, son muchos los extranjeros que, a la hora de hacer comentarios sobre los museos taurinos en páginas de internet como pueden ser TripAdvisor, manifiestan su apreciación por la belleza de los trajes de luces, capotes de paseo, fotografías y cabezas de toros que adornan las salas del museo pero, al mismo tiempo, dejan claro que las corridas de toros parecen ser algo del pasado que ya no tiene sitio en la sociedad del siglo XXI. Es por este motivo que los museos taurinos, además de exponer la rica y variada historia del toreo, deberían de manifestar una clara e incontrovertible realidad: la tauromaquia sigue formando parte de la cultura hispánica en pleno siglo XXI, tanto por la pasión que genera a su favor como en su contra.

Pero ¿Cómo se puede lograr este objetivo? Sobre todo, cuando se considera el hecho previamente mencionado de que cuando una persona entra en cualquier museo, ya de antemano cree que está mirando al pasado y no al presente, a lo que hay que sumar el hecho de que muchos museos están trabajando con el presupuesto municipales o de ONGs que los mantienen. La respuesta, como es habitual, se puede encontrar en el trabajo de los pocos que se atreven a hacer las cosas con imaginación, ganas y creatividad. No son muchos estos casos, aun así, los que tenemos son más que suficientes para servir de ejemplo a los demás de cómo hay que hacer las cosas y cómo se puede conseguir muchos objetivos cuando los recursos disponibles son bien aprovechados.

Para conseguir que los visitantes a los museos taurinos y plazas de toros entiendan el valor de la tauromaquia en la actualidad es necesario que no solo ven objetos relacionados con el toreo, sino que también llegan a comprenderlos. Esto es algo claramente difícil de lograr, sobre todo en ciudades como Madrid, Sevilla, Valencia o Ronda, por las que pasan miles de visitantes de todo el mundo cada año. Para responder a esta demanda, empresas como Las Ventas Tour ha creado el producto más ideal. Con el tour que ofrece esta empresa los visitantes tienen la oportunidad de conocer tanto el museo taurino como la mismísima plaza de toros de Las Ventas con un audioguía o un guía turístico que les explica todos los entresijos de la plaza y del mundo taurino en su propio idioma. De esta manera todos los visitantes de la Plaza de Toros de Las Ventas, además de ver el museo y apreciar la belleza de este coso taurino, tienen la oportunidad de aprender de la cultura taurina y la verdad de las corridas de toros, todo ello explicado de una manera accesible para todas las nacionalidades y audiencias. 

Con estas ofertas turísticas las personas que visitan las plazas de toros no solo ven la plaza, sino que también aprenden de ella de forma interactiva. Pero hay otro factor muy importante, sobre todo para los museos en sí, y es que además de ofrecer información, este ha de ser presentada de una forma llamativa y creativa. Quizás es el museo de Córdoba el que más ha acertado en este aspecto de la creación de un museo interesante, informativo y atractivo. A través de sus varias plantas y múltiples salas, el museo de Córdoba ofrece a sus visitantes un recorrido por los entresijos del mundo taurino y su importancia cultural en la ciudad. Sus carteles, fotos y audiovisuales llamativos e informativos hacen que el visitante descubra los matices y secretos de las joyas que alberga el museo, mientras que se acerca al mismo tiempo a las verdades de la cultura taurina y la esencia del arte de torear.

Sin embargo, hay que recordar que los museos taurinos no solo reciben visitas de extranjeros y personas que no conocen el mundo taurino. Los museos de temática taurina también reciben la visita de muchos españoles y personas que ya son aficionados que, durante sus viajes, se interesan por conocer estos sitios de gran interés para la cultura taurina, sobre todo cuando se encuentran en municipios conocidos por su tradición taurina. Por este motivo, parece lógico que los museos de tauromaquia deberían ser también sitios de reunión para la gente del toro y difusión de la actualidad taurina. Para este fin museos como el de Córdoba tienen espacios destinados a la celebración de eventos como presentaciones de libros, conferencias o charlas, pero merece particular atención museos como el de La Línea (Cádiz) o la Taberna Lagartijo en Linares.

Estos, además de ser museos, son también tabernas y bares, ofreciendo así un espacio en que tanto aficionados como personas que se interesan por el mundo taurino pueden reunirse entre ellos o con los amigos. En estos sitios no solo se aprende de toros y de cultura taurina, sino que se puede vivirlo en un ambiente único que no solo invita a la gente a venir de paso, sino que también se puede quedar ahí y aprovecharlo como un lugar ideal para las charlas, tertulias y coloquios. De esta manera el museo no solo se trata de una atracción, sino que es un sitio sociable donde la gente puede reunir y disfrutar de la compañía, fomentando de tal forma el ambiente taurino de la zona y ayudado a que los toros estén en boca de todos como un tema más de actualidad. El hecho de que estos lugares están preparados para acomodar a un gran número de personas en el sentido de catering hace que también pueden servir como escenarios de distintos tipos de eventos, acontecimientos sociales y celebraciones, haciendo que la tauromaquia sea tema central de muchos momentos muy importantes.

No quiero quitar merito a la gestión de otros tipos de museos con estas palabras; ofrecer un espacio público que combina una experiencia divertida y entretenida para personas de todas las edades mientras que juega a la vez un papel educativo nunca va a ser una tarea fácil. Lo que si busco aclarar es que, en estos tiempos tan complicados y decisivos para el futuro de la tauromaquia, el papel que juegan los museos taurinos en la difusión y promoción de la cultura taurina podría ser mucho mas decisivo de lo que hasta ahora hemos pensado. Estos espacios son frecuentados por personas de todo el mundo, los cuales encuentran en dichos espacios su primer contacto con el mundo taurino. A su vez, los museos taurinos sirven como un espacio de reunión, de reflexión y de aprendizaje para aquellas personas que ya son aficionados al mundo de los toros., ampliando así su contacto e interacción con el planeta de los toros. Y con todo esto en mente conviene plantear la gran importancia de la innovación, creatividad y labor pedagógico que debe de existir en la creación y la gestión de los museos de Tauromaquia.

1 comentario:

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