Los que dicen que la tauromaquia no atraviesa su mejor momento tienen numerosos datos y estadísticas para respaldar su argumento, parece que la recuperación de la industria taurina va a ser tan lenta como la recuperación de la economía española en sí. No obstante, esto se refiere específicamente a las corridas de toros. Si miramos los datos de los festejos taurinos populares nos encontramos ante una situación muy distinta. Durante los últimos años los festejos populares, que incluyen capeas, festejos de vaquillas, encierros, toros embolados, sueltas de reses y los 'bous al carrer', están viviendo un momento muy importante. Prueba de este hecho es que en 2015 se celebraron un total de 16,383 festejos, un récord histórico que ha seguido aumentando durante la temporada 2016.
Pero estos datos no son ninguna sorpresa. Según un artículo publicado en El País el número de festejos populares anuales se ha ido incrementando a lo largo de las últimas temporadas. Pese a que los festejos formales se han visto muy afectados por la crisis y los cambios políticos, parece que los eventos de carácter popular no lo han sufrido en absoluto. Incluso en 2016, cuando algunos ayuntamientos han impedido la celebración de estos festejos en sus localidades, como la de Joaquín Ribó en Valencia, los festejos de este tipo han seguido aumentando en su cantidad y ganando en popularidad.
Los profesionales del sector y las organizaciones que gestionan festejos taurinos populares aseguran que las peñas de las localidades que programan estas actividades no sólo han eludido los efectos de la crisis del sector taurino, sino que han beneficiado de ello. Desde que el sector taurino ha estado en crisis, han sido muchos los toros que se están quedando en el campo sin vender, por lo tanto las peñas taurinas de los pueblos han tenido a su disposición toros muy buenos que antes nunca hubieron conseguido. En la actualidad están soltando en las calles de Valencia toros de los hierros más legendarios de la cabaña brava, además son toros de mucho trapío que valdrían para las plazas más importantes. Sin embargo, a consecuencia de la reducción de las corridas de toros estos animales se quedan libres para los festejos menores.
Como resultado los ganaderos están mostrando cada vez más cariño hacia los organizadores de estos eventos. Durante los años de crisis los ganaderos han podido vender los toros restantes para los festejos populares y así les han ayudado a sostenerse en una época muy dura. Los aficionados a los "bous al carrer" de Valencia son también muy buenos y tienen interés en ver reses de diferentes encastes lidiados en la calle. De hecho, son muchos los ganaderos que crían un encaste que es difícil de vender para las corridas y los festejos populares ofrecen una vía de sostenibilidad para estas ganaderías. Está claro que sin la tauromaquia popular la casta Navarra hubiera desaparecido ya desde hace mucho tiempo.
La tradición de los festejos populares siempre ha estado muy arraigada a la cultura de ciertas zonas de la península ibérica y por ello el gran aumento en el número de estos festejos está concentrado en determinadas partes de la geografía española. Es en La Comunidad Valenciana donde hay una tradición muy arraigada de los festejos populares y donde más se ha visto el ascenso en el volumen de festejos que se celebran anualmente. En 2014 se celebraron en los pueblos valencianos unos 7,866 festejos, número que subió a 8,242 en 2015, dejando claro la importancia de estos eventos en la costa mediterránea. También es digno de mencionar que más de la mitad de las localidades valencianas (52% para ser preciso) acogen festejos taurinos populares durante sus fiestas locales.
Pero el número de festejos populares va aumentando en las demás zonas donde existe esta tradición. Después de Valencia la provincia con mayor volumen de festejos es Castilla y León con 1,905 en 2015, seguido por Navarra (1,573), Castilla-La Mancha (1,321), Aragón (1,079), Madrid (665), Extremadura (568), Andalucía (409), La Rioja (312), País Vasco (164) y por último las provincias de Murcia y Cataluña con 64 festejos. Pese a que muchos creen que Cataluña ha desaparecido de la mapa taurina el afición por el toreo popular ha mantenido viva la pasión catalana por el toro bravo y la cultura que lo rodea pese a la inexistencia de las corridas de toros.
En general los datos de los festejos populares están siendo muy positivas; están creciendo en cantidad y popularidad, el número de heridos y fallecidos en estos eventos se está manteniendo muy bajo (menos de 1% de fallecimientos), se está haciendo un gran esfuerzo para difundir la cultura taurina y las localidades que acogen estos eventos lo hacen con orgullo, incluso son muchos los alcaldes y políticos que muestran su felicidad por el interés turístico y recompensa económica generado por estos festejos. Es muy importante, hoy más que nunca, que el sector taurino reconozca la importancia de estos festejos, no sólo para fomentar y difundirlos, sino también para buscar las mejores sistemas de gestión y seguridad que aseguran un evento de calidad, tanto para los aficionados como para el público.
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