viernes, 23 de octubre de 2015

Romanticismo y Tauromaquia

En este foto de la revista Vogue vemos a Cayetano y Pinelope Cruz retratando el romanticismo 'convencional'. 

Hoy en día la sociedad carece extraordinariamente del fenómeno del romanticismo, lo cual ha quedado reducido únicamente a una forma de concebir la formación de las relaciones sensuales de las personas. Tanto es así que el romanticismo solo se retrata de esta forma en la literatura, el cine, la pintura, el teatro y la música. Según mi forma de entender las cosas esto significa que hay una gran falta de entendimiento por parte de la sociedad en general hacia el concepto del romanticismo. Yo no soy ningún intelectual, ni soy literario pero para mí, el romanticismo no es solo un factor en las relaciones sensuales sino también un concepto filosófico de la vida y como hay que vivirla. Quizás es por eso que tengo yo una atracción tan fuerte hacia el mundo de la tauromaquia, es uno de las pocas cosas que todavía mantiene viva el concepto íntegro del romanticismo y todo lo que conlleva.

Vamos a ver, el romanticismo es un concepto que apareció a principios del siglo XVIII y que procede de las bellas artes; la pintura, la literatura y el teatro. El concepto está basado en la superioridad de la imaginación, las emociones, la creatividad y los sentimientos de uno mismo sobre la razón y la lógica en general. Este concepto nació como una respuesta al concepto del neoclasicismo que, como se puede imaginar, está basado en la superioridad de la ciencia, la religión y todo lo que se considera como conceptos aceptados socialmente. Es evidente que este concepto tiene una fuerte relación con el amor ya que cuando uno está enamorado esto siempre es lo más importante y tiene prioridad sobre todo lo demás. Debido a esto la sociedad moderna identifica con el romanticismo a través del amor. Pero claro, es un concepto que va más allá del amor.

También hay que decir que el concepto permanece viva en la literatura y en el cine moderno. Eso si, todos hemos leído una novela con aire romántico o una película con este sentido. No solo hablo del genero del romanticismo, estoy hablando de algunas novelas que, por ejemplo, relatan la historia de alguien que se lanza a una aventura totalmente irracional o imposible, esto, aunque no está relacionado con el amor tiene mucho que ver con el romanticismo porque retrata una historia o la imagen de una protagonista para quien los sentimientos y su propia creatividad van por delante de todas las adversidades. Entonces ¿Por qué he dicho que queda poco romanticismo en el siglo XXI? Simplemente porque el público en general no percibe este romanticismo que acabo yo de describir, y cuando la gente acaba de reconocer algo termina extinguiéndose. Y esto es el problema; si no es una cena bajo la luz de las velas, si no es estar sentado con alguien especial viendo bajar el sol y escuchando las olas en el mar, entonces no es romanticismo.

Pues el concepto filosófico del romanticismo que es percibido por tan pocas personas es lo que a mí más me atrae. Es un concepto que puede existir, además de estar en la literatura y el cine moderno también puede estar presente en el baile, el cante y a veces la música. Pero donde más veo yo el romanticismo expresado de una manera filosófica es en la tauromaquia. Toda la cultura taurina tiene su ideología romántica. Cuando yo veía por primera vez en mi vida las fotografías y los videos de las corridas de toros siempre vi en ellas un tipo de romanticismo,  la idea de crear arte bello y pintoresco con las violentas acometidas de un animal agresivo me parecía algo totalmente ilógico e incomprensible. De algunas formas me parecía algo que iba en contra de todo lo que yo entendía, ¿Cómo se puede crear belleza en un escenario de peligro y de lucha? Aunque me atraía mucho me parecía entonces y me sigue pareciendo algo antinatural la idea de que la lucha y el juego de la vida ante un adversario que te quiere vencer puede tener un resultado pintoresco y bello.

Muchos profesionales taurinos también tienen un concepto muy romántico de su oficio y de sus vidas. El tener que entrenarse a diario, sacrificar tanto y arriesgar la vida simplemente para expresar un concepto artístico y sentirse libre en el alma es en sí un concepto romántico. Hoy en día no existe ninguna razón lógica ni racional para hacerse torero, es muy difícil ganar dinero si no eres uno de los famosos y llegar a tener un sitio de relevancia en el mundo de los toreros tarda muchos años para aquellos que logran hacerlo. Hoy en día hay otras maneras de ganar el mismo dinero que gana un torero que son más seguros, más rápidos y mucho más cómodos y convencionales. Hacerse torero es solo para aquellos que realmente sueñan con serlo y solo alimentan sus fuertes pasiones pegando pases a los toros bravos. El torero es naturalmente una persona romántica, lo tiene que ser para poder funcionar en esta profesión.

Naturalmente los toreros más románticos siempre han sido los de corte más artístico; Curro Romero, Rafael De Paula, Morante De La Puebla o el mismísimo Juan Belmonte son todos matadores que evocan en sus historias y sus personalidades un profundo sentido del romanticismo. No es casualidad, como ya he dicho, el romanticismo en el toreo es para mí el fenómeno de convertir la lucha y el peligro en arte y belleza. Para mí, estos toreros son los que mejor han convertido la tragedia y la dureza de la lidia en un espectáculo muy pintoresco y agradable para la vista. A lo largo de la historia ha habido numerosos diestros que han adquirido mucha fama y popularidad por haberse atrevido a expresar este concepto en su forma más profunda e intensa.

Estos toreros también son más románticos que los demás porque, para expresarse de esta forma tan única y distinguida hacen falta ignorar muchas de las reglas principales del toreo clásico. Son popularmente conocidos los escándalos de Curro y Paula cuando en algunos casos se han negado a matar toros en plazas importantes como Madrid y Sevilla. Tampoco son toreros que basan su concepto en la quietud, algo que se considera como el pilar fundamental del toreo bueno y de calidad. Muchos de los toreros más artistas han desarrollado conceptos basados mas en el movimiento, tanto de brazos como pies en su toreo. Esto lleva a que en una profesión muy duro estos toreros eligen hacer las cosas de una manera diferente y por eso llevan encima más crítica por parte de la prensa y el público. Pese a todo esto, casi todos estos toreros han practicado un toreo de extraordinaria calidad; suelen tener un buen sentido del temple y la profundidad en el toreo incluso faltando valor y los requisitos técnicos que generalmente exige este profesión.

No solo son los toreros los románticos, en el mundo taurino hay muchas profesiones, que para realizarlas hay que tener cierto sentido del romanticismo. Uno de ellos es la ganadería brava. Hoy en día existen muchas vías para los agricultores, que, aun siendo profesiones duras y difíciles, son mucho más viables económicamente y que requieren menos manos expertos e instalaciones especializadas. Mientras tanto, siguen existiendo hombres (y mujeres) que se dedican a seguir con la profesión dura y muchos veces ruinosa de ser ganadero. Todo esto lo hacen por tener una fuerte pasión por el toro bravo y por el encaste que ellos, o sus familias han criado. Estoy muy seguro de que si esta gente del campo bravo no tuvieran esa dedicación por mantener viva la leyenda del campo bravo y todo lo que conlleva la cria de reses bravas, quedaría muy poco de lo que nosotros conocemos como el prestigio de las ganaderías bravas.

Todo lo que se hace en una ganadería brava requiere una pasión y una dedicación por el trabajo muy raramente visto en otros oficios, incluso aquellos que se basan en la agricultura y la ganadería. En vez de ir trabajando con un tractor hay que llevar un caballo de mucha confianza y doma excelente, en vez de llevar unas máquinas se lleva una vara para defenderse, en vez de cuidar la cosecha hay que mimar y observar constantemente el estado físico e incluso el psicológico del ganado y por ultima no se puede hacer y probar la cosecha ya que es necesario esperar muchos años para comprobar el juego de las reses en las tientas o directamente en la plaza donde el riesgo del fracaso total es inminente. Se ve frecuentemente que con todas estas adversidades los ganaderos, incluso los que hacen un buen trabajo, pasan por épocas difíciles en las que el trabajo simplemente no tiene recompensa. También son los ganaderos y los demás trabajadores del campo unos de los últimos románticos que quedan.

También son unos románticos los vestido res de los toreros. Trabajar en una sastrería de toreros requiere mucha pasión y es necesario estar muy dedicado al oficio para hacerlo bien. Antes de nada hay que recordar que el traje de luces no sólo es un vestido, es parte del cuerpo del torero y en él está representado siempre la personalidad y el estado anímico del diestro cuando está en la plaza. Aunque suele elegir el torero el color que él prefiere llevar es muy habitual que los vestidores intentan diseñarlos un bordado único que hace aún más personal el vestido. Antes de hacer el vestido el encargado de hacer el diseño suele pasar mucho tiempo dialogando con el diestro para conocer en detalle los distintos aspectos de su personalidad, carácter y gustos personales. El resultado de esto es que el traje lleva imprimido en ello algunos detalles muy especiales que representan el estado interno del torero, para los que tomen nota de ello es algo muy especial. Si esto no es pasión yo no tengo ni idea de lo que sí lo es.

Hasta tienen tendencia de ser más románticos los artistas que se inspiran en el mundo de la tauromaquia para realizar sus obras. La literatura, lla pintura, la escultura, la música, el teatro y el cine son algunas de las artes en las que se reflejan detalles taurinos con bastante frecuencia. Novelas como `Fiesta` de Ernest Hemingway o su libro ``Muerte Por La Tarde` en la que refleja sus opiniones sobre la tauromaquia son obras muy transcendentales en todo el mundo al igual que las pinturas de Goya y Picasso en las que se representan escenarios taurinos. La tauromaquia también está representada en el cine con obras ocasionales que incluyen escenarios taurinos o que cuyo guion está basado en una anécdota taurina. También están los pasodobles y otra música que refleja el mundo taurino en su lírica o las obras de teatro que también refieren a la tauromaquia para contar sus historias. El arte es la expresión del sentimiento y de la perspectiva de uno mismo, según lo visto el toreo es una fuerte inspiración para hacerlo. 

Incluso el toro bravo en si es un animal rodeado por el romanticismo. Un animal criado por el hombre cuyas características y personalidades son el resultado de la imaginación y el pensamiento de los ganaderos. Pero también es un animal que vive en la naturaliza, sus hechuras y su apariencia bella es el resultado de la cría selectiva del hombre, aun así, cuando le vemos en la dehesa parece estar totalmente natural. Al igual que otros animales domésticos que se crían de una forma artificial como el cochino para hacer el jamón, las gallinas para sacarles huevos y las terneras para las hamburguesas, el toro bravo no se cría para sacarle algún producto concreto sino que se le deja desarrollar su propia personalidad en el campo. Claro, los animales son seleccionados por el ganadero en busca de la agresividad y la bravura pero ellos no tienen ningún control sobre la efectividad de esta selección ni del carácter que adquiere el toro viviendo de forma salvaje en el campo en contacto con la naturaleza. Si los animales pueden ser románticos el toro bravo es uno de los más románticos con el único competidor que es el caballo Español.

Y la lista sigue; los mozos de espadas, los banderilleros, los mozos de caballos, los areneros, los alguaciles, los mayorales de plaza y muchos más de los trabajadores. Es muy probable que tienen un sueldo muy bajo y que el trabajo es intermitente, aún así están dispuestos a poner el alma en hacer un trabajo lo mejor que puedan para el beneficio de la tauromaquia. Este aire romántico que tiene la gran mayoría de taurinos es otro de Los muchos valores que conserva el mundo del toro que ha perdido la sociedad general. Es, en mi opinión uno de los muchos argumentos que tenemos para defender nuestra cultura y nuestra identidad taurina. El romanticismo del toreo debe ser algo que vendemos al público, algo que mostramos a la parte de la sociedad ajena a todo lo taurino. En estos momentos yo no sólo estoy preocupado por el futuro de la tauromaquia porque es mi pasión y lo que me motiva, sino porque al perder la cultura taurina también perderíamos muchos valores que yo veo como indispensables para tener una sociedad espiritualmente enriquecida y sana.

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