Hoy se celebró en Villaseca de la Sagra (Toledo) la gran final del 'Alfarero de Plata', un ciclo de promoción para novilleros sin caballos que ha adquirido mucho prestigio durante los últimos años. Para la ocasión se ha lidiado una novillada muy seria de Sánchez de León, la cual no fue nada fácil para los noveles toreros, que tuvieron que aprovechar de todas sus habilidades y conocimientos para despachar sus novillos correspondientes. Gracias a dios los chavales estuvieron a la altura de la ocasión y se cortaron dos trofeos que pudieron haber sido más si no fuera por la espada. También ayudaron los aficionados jóvenes y apasionados de la localidad que acudieron en masa al festejo para jalear las actuaciones de los novilleros.
El primero en actuar fue Tomas Rufo, que se pusó de rodillas en chiqueros para recibir su adversario a porta gayola. El novillo no le hizo caso y recorrió las tablas, resultando difícil de meter en el capote hasta que salió Alvaro Sánchez para hacer su quite por chicuelinas. Rufo bajo la mano y adelantó la pierna para torear al natural con temple y suavidad. Tomas basó su faena por el pitón izquierdo por donde el toro acometió mucho mejor, dejando muletazos importantes con la figura erguida y corriendo la mano. La estocada entera acabó con el toro, pero tardó mucho tiempo en doblarse, por lo que no recibió ningún premio.
Alvaro Sánchez toreó con suavidad a la verónica para recibir al segundo de la tarde. Pusó las banderillas al novillo que berreó mucho al sentir los arpones. Inició la faena con pases cambiados por la espalda sin mover los pies del suelo. Toreó con firmeza por ambos pitones, estando muy seguro ante la cara del novillo, aunque sin poder acoplarse a sus embestidas defensivas con muchos derrotes y cabezazos. Mató al novillo con un estoconazo que sirvió para acabar con su vida.
El tercero iba muy a su aire en la primera parte de la lidia pero Héctor Gutiérrez estuvo bien de capote, gustándose en una larga muy garbosa para rematar. En el último tercio se entendió muy bien con su oponente, toreando con temple y profundidad por la mano diestra y rematando con depechos de pitón a rabo. Experimentó muy buenos muletazos que duraron mucho en una faena de profundidad que le sirvió para evidenciar sus buenas cualidades como torero. Remató con manoletinas y fue cogido al entrar a matar. Perdió el trofeo con el descabello.
Francisco de Manuel fue sorprendido al comenzar a torear el cuarto novillo con el capote, siendo volteado contra las tablas. Lo mismo pasó cuando comió la muleta en la mano derecha, aún así, el novillo respondió humillando en las telas. Francisco ligó una buena faena toreando con ritmo por ambos lados en una faena importante en que pudo bajar la mano y hacer cosas muy importantes que evidenciaron su capacidad como torero. Rubricó su magnífica actuación con una estocada en todo lo alto que hizo caer el novillo. Cortó la primera oreja de la tarde.
Otra oreja cortó Jorge Molino al quinto, un novillo que volteó fuertemente a Juan Pedro Llaguno cuando salió para aprovechar su turno en quites. Jorge inició la faena pasando al toro por bajo y siguió sometiéndole por la diestra en series templados de mucho mando. Fue una faena de entrega y disposición en la que fue volteado una vez por el novillo mientras que toreaba. Tuvo que entrar varias veces antes de matar, siendo cogido en uno de ellas. Cortó un premio por sus ganas y entrega.
El torero sevillano Juan Pedro Llaguno también estuvo muy cerca de obtener un trofeo del sexto tras una excelente actuación. Comenzó toreando bien a la verónica y comenzó su faena de muleta con doblones. Impuso mando sobre su antagonista en una serie por la diestra antes de torear al natural con oficio y seguridad a un novillo irregular que nunca se entregó totalmente. Hubo además los graciosos detalles sevillanos como, por ejemplo, las trincheras. Recibió una tremenda voltereta entrando a matar y pudiera haber cortado un trofeo si hubiera acertado en el segundo intento.
Imágenes de CMM.
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