viernes, 7 de julio de 2017

Teruel 07/07/2017

Paco Ureña ante el quinto. 

No se cortó ningún trofeo en la primera corrida de la Feria del Ángel de Teruel. La climatología puso muchos obstáculos con las rachas de viento fuerte y lluvia, tampoco ayudó el presidente que negó la petición de un trofeo y la corrida desigual de Julio de la Puerta colaboró y dificultó el éxito de los diestros actuantes. No obstante, los tendidos se poblaron con muchas personas y los tres toreros pudieron rendir un digno homenaje a Víctor Barrio, cuyo trágico fallecimiento fue hace ya un año en la feria de Teruel. Tanto Juan José Padilla como Paco Ureña y Varea pudieron realizar faenas en las que exhibieron sus conceptos artísticos y capacidad torera. Quedando con estas buenas actuaciones de los tres diestros se puede hacer un balance positivo de la tarde, incluso con el color cárdeno del cielo y el mal uso de los aceros, algo que también quitó el premio merecido tras algunas faenas destacables. 

Padilla salió con ganas para torear al cuarto, un toro que toreó bien a la verónica. Colocó los tres pares de banderillas, destacando en el segundo al encuentro y el último al violín. Brindó al cielo y comenzó la faena toreando por alto con una mano en la barrera. Pasó por ambos lados el noble ejemplar que le permitió hacer una buena faena de ritmo y temple que se basó en el toreo en redondo, rematado con buenos pases de pecho. Una media estocada sirvió para acabar con la res, algo que molestó a ciertos espectadores. Con el primero no tuvo suerte. El viento apretó en el recibo a la verónica y el toro se frenó en el capote. No puso banderillas y optó por abreviar en el último tercio debido a las acometidas irregulares del toro paradito que escarbó y se quedó peligrosamente corto en algunas embestidas. Un pinchazo y una estocada bastaron para acabar con la bestia que dejó al jerezano claramente desgastado. 

Todo lo contrario a Paco Ureña que salió con decisión para recibir el segundo bis con templadas verónicas. Volvió a brillar con el capote cuando llevó la bestia al caballo con un galleo por chicuelinas, procedió con un brindis al cielo una vez terminado el segundo tercio. El trasteo de muleta lo comenzó con estatuarios que remató con un pase del desdén y una trinchera muy torera. Fue una faena importante en que metió los riñones en cada lance por la diestra y adelantó el pecho en el cite. Llevó las embestidas del toro con temple y recorrido en series ligadas que conectaron con los tendidos, adornando su actuación con detallas de mucha toreria como trincheras, ayudados y airosas salidas de la cara del toro. Tuvo que descabellar por la defectuosa colocación del estoque y se quedó sin el premio que fue pedido por el público. Intentó torear al quinto por ambos pitones pero no pudo hacer mucho por la sosería del animal. 

Varea es un joven diestro muy interesante con un concepto muy individual y definido que le aparta de los demás. Lo pudo demostrar ante el tercero, un toro noble y con clase que le permitió torear a gusto con el capote y la muleta. Comenzó de rodillas con largas cambiadas de rodillas antes de ponerse de pie para seguir con un florido y vistoso exhibición de toreo de capa que incluyó verónicas, chicuelinas, medias y revoleras, todo con su inconfundible personalidad. También volvió a lucirse en el primer tercio en un quite de verónicas larguísimas y templadas, marca de la casa. Luego se expresó al natural con pases de mucha largura en que llevó templadas las nobles embestidas de su enemigo en los vuelos de la muleta. Siempre toreó con el compás muy abierto, incluso en los molinetes y el trasteo que adornó su faena, inconfundible característica de la tauromaquia del castellonense. Una pena que le costó tanto acabar con la res, al no haber sido así habría cortado un apéndice. Estuvo relajado ante el sexto, un toro sin raza ni fuerza que no permitió ningún tipo de lucimiento. 

Se guardó dos minuto de silencio en recuerdo de Ivan Fandiño, uno antes y otro después del paseíllo. 



Padilla estuvo mejor ante el cuarto de la corrida. 




Paco Ureño estuvo soberbio con el segundo. 



Varea demostró su personalísimo concepto del toreo ante el primero de su lote. 

Imágenes de Castilla-La Mancha Media. 

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