El crédito de las
cinco orejas cortadas en el ciclo de novilladas de Arganda del Rey lo tenemos
que dar a los novilleros. Los actuantes han estado dispuestos y voluntariosos
ante tres novilladas que, además de tener hechuras de toros cuatreños, no han
facilitado para nada el lucimiento de los diestros por su poca bravura y
calidad. De las tres novilladas -Marques de Albasserada, Flor de Jara y Couto
de Fornilhos- el triunfador numérico, hasta ahora, es Miguel Ángel Pacheco que cortó
dos orejas de la de Couto de Fornilhos en la novillada del miércoles y salió a
hombros.
Pero los aficionados
que congregaron en la Plaza de la Constitución tuvieron que esperar para ver
triunfar a uno de los toreros. La novillada del Marques de Albasserada fue bien
presentada, siendo aplaudidos de salida algunos de los ejemplares, pero no ayudó
para nada a los actuantes. Solo dio una vuelta al ruedo Pablo Mora, que toreó
bien al cuarto por la diestra. Estuvo muy bien con el novillo, pasándolo con
temple y suavidad. Se le vio relajado y seguro delante de su adversario, cruzándose
al pitón contrario y terminando la faena con la muleta en la mano izquierda.
Tuvo que descabellar al novillo y dio una vuelta al ruedo. Destacaran también las
ganas de Juan Silva ‘Juanito’ que intentó solucionar las complicaciones del
segundo y la entrega de Fernando Flores que hizo un gran esfuerzo en las dos
faenas sin material potable.
No fue nada mejor
la novillada de Flor de Jara. La terna salió con una oreja por coleta gracias a
su entrega y disposición, apoyado también por el público agradecido de Arganda.
El único novillo con calidad fue el segundo que galopaba en el recibo de capote
y empujaba en el peto. Ángel Sánchez supo aprovechar lo bueno que tenía su oponente
y realizó una buena faena en la que saco buenos naturales con templanza y
bajando la mano. Fue premiado con la primera oreja del ciclo después de matar
bien al novillo. También cortaron trofeos Ángel Jiménez, que estuvo voluntarioso
ante un novillo sin calidad al que le robó la faena y Francisco de Manuel, que destacó
con el capote y las banderillas ante sus dos enemigos. En la faena de muleta
toreaba con poso y mando sobre las embestidas del toro, tocando con sutileza. Fue
premiado con el apéndice pese a que el novillo tardó en doblar.
El triunfador de
la tercera novillada, y del ciclo hasta ahora, es Miguel Ángel Pacheco que
obtuvo un trofeo de cada uno de sus adversarios del hierro portugués de Couto
de Fornilhos. El primero de su lote fue un novillo que humillaba, pero tuvo
demasiada fuerza. El diestro de La Línea inició su faena toreando directamente
en los medios con la mano derecha. Fue una faena de ligazón en la que bajó la
mano y toreó con la figura erguida, pasando la res por ambos pitones con
naturalidad y mucho oficio. Aprovechó toda la bondad y nobleza del animal y mató
en el segundo intento, recibiendo el primero de sus dos trofeos. Brindó su
ultimo novillo a Paco Ureña, que estaba en el tendido y se puso de rodillas
para comenzar la faena. En estos primeros pases de rodillas el novillo iba y venia,
pero Pacheco fue capaz de meterlo en la muleta para realizar una faena seria de
mando y seguridad en la que exhibió su capacidad para dominar la res en tandas
cortas, principalmente por la derecha, por donde el toro se entregaba más. Destacaron
los pases del desdén que sirvieron para rematar algunas serias, los cuales
fueron ejecutados con dominio y profundidad. Volvió a matar la bestia en el
segundo intento y fue premiado con la segunda oreja que le abrió la puerta
grande.
Junto a Pacheco
actuaron Manuel Ponce y Jesús Álvarez que, al igual que la mayoría de los
diestros participantes en el ciclo, se encontraron con novillos de escasa raza que
impidieron cualquier tipo de lucimiento. A pesar de las buenas hechuras de los
novillos portugueses, su comportamiento ha sido, en líneas generales, manso,
descastado y sin ningún tipo de clase o calidad en el ultimo tercio. Además de no
tener material potable, los dos novilleros tuvieron dificultades en la suerte
suprema; Manuel Ponce estuvo a punto de escuchar el tercer aviso cuando el
novillo se dobló y Jesús Álvarez vio como el segundo de su lote tuvo que ser
apuntillado en la plaza después de que estuvo delante del animal con el
descabello para mucho tiempo, demasiado tiempo.
Aún queda una
novillada picada de Osborne -triunfador del ciclo pasado- y otra de Fernando Peña,
a los que hay que sumar la corrida de recortes y una novillada sin caballos. Se
espera que alguno de estos encierros, sobre todo el de Osborne proporcione mas
posibilidades de éxito a los novilleros para dar un final feliz a la feria de
2017. Y es que estas novilladas han levantado una cuestión importantísima; no
cabe duda de que la variedad de encastes y la buena presentación de las reses
es esencial para mantener el interés de los aficionados, sin embargo, tenemos
que preguntarnos si son los novilleros quienes deberían afrontar la responsabilidad
de sostener estos elementos de la fiesta, cuando son ellos que están todavía aprendiendo
el oficio en una época tan difícil y necesitan toda la ayuda que puedan tener. ¿No
deben ser los toreros profesionales y las figuras quienes hacen eso?
Ahí quiero dejar
eso para que lo pensamos un poquito.
Imágenes capturadas en Taurocast.
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