Las corridas de toros han vuelto a causar polémica en las redes sociales, esta vez por las acciones del rejoneador Emiliano Gamero. El jinete mexicano ha sido grabado abusando con agresivos golpes a uno de los caballos de su cuadra. El evidente maltrato fue supuestamente para 'corregir' el mal comportamiento del animal, sin embargo, lo que se ha visto en las imágenes parece totalmente inexcusable. A lo largo de los próximos días veremos cómo los medios de comunicación difundan las acciones horrorosas de un cobarde como si fueron algo normal para el colectivo taurino. Por eso veo la necesidad urgente de aclarar algunas cosas.
En primer lugar quiero dejar muy claro una cosa; yo soy taurino. Todos los que siguen esta página conocerán que yo siento una gran pasión por todo lo que tiene que ver con este maravilloso animal que es el toro bravo. A lo largo de la temporada he expresado mi apoyo para todos aquellas personas taurinas que han pasado un mal rato o que han tenido mala suerte, no será difícil escoger uno o dos. Sin embargo, a Emiliano Gamero no le puedo defender. Ni lo haría si pudiera. Los crímenes, digo crímenes porque esto es lo que son, me dan tanto asco como cualquier otra persona y me parecen totalmente imperdonables.
En todo el tiempo que llevo formando parte del colectivo taurino me he encontrado con gente de buena educación, gran amabilidad y muy cultos. También he visto como los famosos rejoneadores de España y Portugal tratan con mimo y amor a sus cuadras de caballos que, además de sanos, son excelentemente bien domados. Eso sí, la doma en el mundo del rejoneo es de un nivel altísimo gracias a los criadores de estos caballos y los toreros de a caballo que dedican muchas horas a preparar y mantener en forma sus cuadras. Prueba de ello es la reciente concesión de la Medalla de las Bellas Artes al rejoneador Pablo Hermosos de Mendoza.
Para mí el hecho de que Emiliano cree que tiene el derecho de abusar a sus caballos (animales que le acompañan siempre y le han permitido alcanzar el éxito) le hace indigno de ser rejoneador, o incluso taurino. En algunas ocasiones yo he visto a rejoneadores llorar porque uno de sus caballos ha recibido un golpe en la plaza. Y en muchas ocasiones, cuando estos toreros han hablado de caballos recientemente fallecidos (por viejecita) también han caído las lágrimas en abundancia. En el mundo taurino la sensibilidad es muy inportante, al igual que en otras expresiones artísticas, con estos hechos tan barbaros este hombre ha demostrado su evidente falta de sensibilidad.
No pretendo hacer daño a nadie con mis palabras, lamentó escribirlas. Pero me parece necesario hacer frente a este asunto ya que muchos aficionados y profesionales han intentado huir del problema para no alimentar el debate. Pero el daño ya está hecho e intentar esconderlo es casi lo mismo que tolerarlo. Quiero que todos sepan que el toreo es un arte basado en el sentimiento y la pasión, dos cualidades que faltan este hombre. Esto incluso me lleva a la conclusión de que no es verdaderamente un torero; es un hombre que busca el dinero y la fama.
No quiero reducirme al bajísimo nivel de estos 'trolls' que se dedican a increpar e insultar en las redes sociales. Sin embargo, quiero explicar lo más claro posible mis sentimientos, que son también los de muchos otros taurinos. Yo soy taurino y me enorgullece serlo, pero jamás voy a tolerar cosas tan horrorosos como lo que ha pasado por las redes durante los últimos días. Ya lo he dicho y volveré a repetirlo mil veces más; este hombre no es digno de pisar una plaza de toros ni de poseer algo tan bello como un valiente caballo de rejoneo. Espero que este tío pague por el daño que ha causado a sus caballos ademas del daño causado para el arte del rejoneo y la tauromaquia en sí.
Yo soy taurino y no tolero este comportamiento. Para finalizar pido que los taurinos manifiestan su disgusto y que las grandes figuras del rejoneo hagan el esfuerzo de llevar al público la imagen de lo que verdaderamente significa ser un torero a caballo para que la gente sepa lo que es el amor, el respeto y la pasión de una persona para lo que tiene a su alrededor.
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