La bellísima plaza de toros de Almadén ha sido testigo de muchas tardes de toros desde su construcción en 1752. Hoy la plaza hexagonal que actualmente acoge un hotel y un museo taurino ha acogido una corrida mixta en la que participaron Manuel Díaz "El Cordobés", Juan José Padilla y el novillero de Córdoba Javier Moreno "Lagartijo" ante toros y dos novillos de juego desigual procedentes de la ganadería de Guadalest , salvo el último que fue de La Quinta. Aunque los dos matadores vieron truncados sus posibilidades de triunfo ante los primeros ejemplares de la tarde las cosas vinieron arriba en el tercero y al final hemos terminado viendo una gran tarde de toros en un marco incomparable como es la centenaria plaza de toros de Almadén.
El novillero cordobés Javier Moreno "Lagartijo" lo tenía muy difícil al estar anunciado con dos figuras del toreo que cuentan sus actuaciones por triunfos. No obstante se le vio a un nivel muy alto y estaba más que preparado para dar la cara a sus compañeros de cartel pese a que pertenece al escalafón inferior. El novillero dejó claro sus intenciones ante sus dos oponentes toreando con temple y pasando el toro suavemente con los pies agarrados a la tierra. Lagartijo fue capaz de dar la vuelta a la corrida que hasta entonces no iba por buen camino, lo hizo con un novillo burraco que ofreció mejor juego que los dos primeros. Ante el tercer bis dibujo una gran faena con muletazos de trazo largo, temple y gusto. Exhibió buen oficio en el trasteo con su oponente exprimiendo todas las buenas cualidades que tenía, acabó la faena arrimándose, muy en novillero con una serie de rodillas y estatuarios. El público entregado le premió con dos orejas.
Ante el sexto, un novillo de la ganadería de La Quinta dibujo otra faena de mando y oficio, esta vez ante las humilladas embestidas de un buen Santacoloma. Sometió a su adversario con los vuelos de la muleta llevándolo embebido en la tela pasándolo con seguridad alrededor de la cintura. Supo aprovechar las cualidades del novillo, tan distinto a su primero por la procedencia y posiblemente el animal con más calidad de toda la tarde. Unas bellas pinceladas por bajo dibujadas con clase y estilo pusieron broche de oro a su faena por la que fue premiada con un apéndice. Tres apéndices en completo que le dieron el gran privilegio de salir a hombros junto a Padilla.
Fue precisamente el torero Jerezano quien también obtuvo orejas de ambos toros. La primera la corto a un toro parado y manso al que no banderilleó por su mala condición. En una faena de dominio pudo exprimir algunas acometidas de su adversario pero el lucimiento no era posible. El cuarto fue mucho mejor, aunque aparentaba de salida una problema con la vista fue a más durante la lidia. Coloco con su soberbia maestría y se hecho de rodillas para el comienzo de la faena. Sometió a su oponente con series ligadas y con buen ritmo por la diestra antes de torear con profundidad al natural que redondeó la faena importante que fue muy bien acogida por el público entregado. Mató con eficacia el toro y su labor fue recompensada con dos orejas.
Manuel Díaz tuvo menos suerte. El primer toro de la tarde fue un toro quedado que no quiso embestir, cuando si acometió lo hizo con la cara por los nubes y sin recorrido. Naturalmente no fue posible hacer cualquier tipo de faena con la res y El Cordobés se perfiló para matar sin haberse expresado. El cuarto tomó bien los vuelos del capote, arrancó con más entusiasmo al peto y en el último tercio aceptó los cites con nobleza. Manuel basó su faena en pasar el toro por la derecha y lo hizo con seguridad y oficio toreando en series con ritmo. Aprovechó de su madurez para saber corregir algunos de los defectos del toro y hacer una faena relativamente buena teniendo en cuenta la condición del toro. No le fue concedido ninguna oreja, algo sorprendente ya que el público pidió generosamente los trofeos a lo largo de la corrida.
La plaza registró una buena entrada y se dio un momento de silencio tras el paseíllo en honor a Víctor Barrio.
Imágenes grabadas en RTV Castilla-La Mancha.
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